Morí...al menos eso recuerdo.Recuerdo vagamente un renacimiento repentino, que duró solo un suspiro,una lágrima y una gran herida en la piel, y entonces morí... Y renací tantas veces como he muerto, ya conoceréis eso de "lo que no me destruya me hará más fuerte".
Me impongo como mi propio castigo, un ostracismo infinito que del peso de lo absurdo cae sólo, como gotas de lluvia...
Hoy, muerta y enterrada, aún espero renacer...Mi último rayo de luz, casi ciego y sin brillo aún tiene frágiles esperanzas de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario